Mi visión particular de la filosofía del Yoga
En el artículo Cómo entiendo el Yoga hablo sobre qué es el yoga para mí, contando mi experiencia. A continuación hablaré de este concepto desde el punto de vista de la filosofía del Yoga.
Pare empezar, no podemos hablar de la filosofía del Yoga sin hablar de los Yoga Sutras de Patanjali.
Es el texto fundamental del Yoga, una lectura imprescindible para cualquier practicante. Prevé un sistema de 8 pasos que cada yogi ha de seguir para reducir las fluctuaciones de la mente, purificar el cuerpo y alcanzar el estado de mayor consciencia y conexión con uno mismo.
Así podemos decir que el yoga es un sistema holístico que entiende no solamente la práctica física sino que además abarca distintos aspectos de la vida.
Los componentes básicos de la filosofía del yoga están expuestos en este glosario a continuación:
I. Yama:
Yama son los códigos morales para vivir en armonía con nosotros mismos y con lo que nos rodea.
Ahimsa – no violencia
La palabra “Ahimsa” literalmente significa no mostrar crueldad ni violencia, no hacer daño a ninguna criatura ni persona de ninguna manera. Sin embargo, Ahimsa es más que la simple falta de violencia, es también la bondad, amabilidad y consideración hacia otras personas y seres vivos. Hablando de la práctica física de yoga, la aplicación del principio de no violencia resulta especialmente interesante e implica un trato delicado y respetuoso hacia nuestro propio cuerpo.
Satya – verdad
Hace referencia a que las comunicaciones han de ser honestas y que esto es la base de cualquier relación sana.
También tiene que ver con que tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, tanto en nuestro día día como en la práctica de yoga. No pretender, ni querer aparentar lo que no somos.
Seguro que en tu práctica existen unas cuantas posturas que consigues haciendo una pequeña trampa. Pero te has preguntado de qué te sirve, que te aporta, ¿a quién pretendes engañar?
Asteya – no-robar
Parece obvio que este principio hace referencia a no coger nada que pertenece al otro sin su permiso. Pero en realidad este principio va mucho más allá y habla de no abusar de la confianza de otra persona. La práctica de asteya nos invita a tomar conciencia de no dar por sentado la atención y el tiempo que otra persona nos dedica. Entendiendo que cualquier manipulación o forcejeo en este sentido, por desgracia tan común en el entorno familiar, o con aquellos con los que tenemos más confianza es precisamente un robo.
Brahmacharya – control de los sentidos
Hace referencia principalmente a la abstinencia, particularmente en relación con actividad sexual. Aunque no necesariamente comprende celibato. Más bien uso responsable y consciente de nuestra energía. Nos invita a no malgastar nuestra energía y dirigirla hacia fines mayores como puede ser nuestro propósito en la vida.
Aparigraha – desapego
Aprender a dejar ir. No acumular cosas. No desear más de lo necesario. Para cultivar el desapego, a mi personalmente, me ayuda mucho tener presente la idea de que no hay nada constante en nuestra vida más allá del cambio y que por tanto no tiene ningún sentido aferrarse a las cosas, lugares, circunstancias, etc.
II. Niyama:
Estas recomendaciones para vivir en armonía contigo mism@ forman parte íntegra de la filosofía del yoga.
Sauca – pureza, limpieza
Tiene dos aspecto: interno y externo. El aspecto externo es más bien sencillo y se refiere a la higiene personal. Mientras que el aspecto interno se refiere por un lado a nuestra salud física y por otro lado a la claridad mental. En este sentido la práctica de asanas y pranayama es fundamental. Mantiene nuestro cuerpo en buena forma física y ayuda a eliminar toxinas permitiendo una limpieza interna – detox. También también ayuda a acallar la mente y liberarla de pensamientos negativos e intrusivos.
Santosa – satisfacción, contento
Como yogis deberíamos cultivar el contento con lo que tenemos y con nuestras circunstancias.
Aquí he de destacar que estar contentos cuando todo está bien es relativamente fácil. Es mucho más complicado preservar esta paz interna en tiempos difíciles. Y digo “relativamente” porque por desgracia raramente tenemos la actitud de agradecer lo que tenemos y si de lastimar lo que nos falta.
Podemos cultivar el contento y la aceptación desde la idea que la vida es un proceso de crecimiento continuo y cada situación, persona, dificultad que aparece en nuestro camino sirve para aprender y poder avanzar en este proceso.
Tapas – disciplina
Este concepto, como muchos de los que hemos hablado anteriormente, es aplicable a distintos ámbitos de nuestra vida; desde atención a nuestros hábitos alimenticios hasta cómo tratamos a nuestro cuerpo en general y la atención que le prestamos.
Pero la principal idea radica en que hemos de afrontar la vida con entusiasmo, ponerle ganas e ilusión a todo lo que hacemos y estar 100% entregados en cada labor por muy pequeña que sea.
Svadhyaya – auto estudio y auto conocimiento
Cualquier actividad que nos ayuda a cultivar conciencia auto reflexiva puede considerarse svadhyaya.
Tomar conciencia del cuerpo, respiración, pensamientos, emociones y patrones de comportamiento. Reconocer nuestro potencial y nuestras limitaciones.
Isvarapranidhana – celebración de la espiritualidad/contemplación de lo divino.
Consiste en reconocer de que lo espiritual lo inunda todo. Y que existe una fuerza omnipresente que es más grande que nosotros mismos y que dirige el curso de nuestras vidas.
III Asanas:
Práctica física de posturas de yoga que nos permite a ejercitar nuestro cuerpo trabajando a la vez fuerza, equilibrio, estabilidad y flexibilidad. No sólo lo etéreo compone la filosofía del yoga, también lo físico.
IV Pranayama:
Prácticas de respiración, que nos ayudan a dirigir prana – energía vital para que pueda ascender por el canal energético central – sushumna nadi.
Si quieres saber más sobre este tema lee el artículo sobre las Bandhas.
V Pratyahara:
Control de los sentidos. Consiste en minimizar el impacto que tienen en nosotros los inputs del mundo exterior y volcar nuestros sentidos hacia nuestro interior.
VI Dharana:
Capacidad de concentración y cultivación de propiocepción.
VII Dhyana:
Meditación. Consiste en desarrollar conciencia testigo, convirtiéndonos en observadores imparciales del fluir de nuestros pensamientos.
VIII Samadhi:
Unión con lo Divino. Como consecuencia de meditación persistente se consigue transcender el cuerpo físico.
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