Toda práctica de Yoga termina en Savasana, la postura del muerto. Los profesores de yoga que vienen a mis retiros se refieren a esta Asana como la más importante y también la más difícil.
¿En qué consiste Savasana?
Tumbados boca arriba con las piernas abiertas a lo ancho de las caderas y las palmas de las manos mirando al cielo. Con todo el cuerpo completamente relajado y la respiración fluyendo libremente por los canales energéticos que están abiertos después de la práctica.
Cuando recién empezamos a practicar, vemos a la postura de Savasana como tan solo la relajación después de una práctica rigurosa. Parece aparentemente libre de cualquier técnica de ejecución o concepto y es frecuente que los alumnos se queden dormidos. Y pensarás, que hay de malo en eso?
Mientras practicamos seguimos analizando y discriminando las sensaciones, los pensamientos, etc. Pero en Savasana la respiración y la mente se ralentizan y podemos conectar con las sensaciones más profundas en el núcleo de nuestro cuerpo.
Sin embargo, la mente se resiste y se inventa cualquier tipo de excusa para evitar que entremos en contacto con nosotros mismos.
Savasana y los pensamientos
De manera automática las experiencias no deseadas son enviadas a los rincones más apartados de nuestra psique y nuestro cuerpo donde serán difíciles de detectar. Y si un pensamiento no deseado o la sensación física desagradable es detectada, llamamos de inmediato a nuestros mecanismos de defensa, que es en este caso es sinónimo de soñar = activar la imaginación.
Según Patanjali, cuando soñamos en savasana lo que pasa es que la mente recurre a la imaginación como medio para rellenar el vacío que se crea en la postura.
Así, nuestra mente sabotea el objetivo de la postura, que es conseguir el vacío inherente del momento presente.
Savasana nos da la oportunidad de experimentar el mundo cómo es sin pasarlo por el prisma de nuestra propia interpretación.
En savasana no hay nada que hacer, solo rendirse y entregarse a abandonar nuestros pensamientos, nuestras creencias y nuestros cuerpos.
Para llegar a este estado de profunda relajación pero permaneciendo atentos, tenemos primero que dejar ir el esfuerzo de la práctica y luego la tensión psíquica acumulada. Ese, en el fondo, es uno de los beneficios de Savasana; permitirte soltar la tensión acumulada.
Otro de los muchos beneficios del yoga.
Al final: La posición fetal
Al terminar la práctica rodamos hacia nuestro lado adoptando la posición fetal. Esto simboliza que cada día es una nueva oportunidad para empezar sin el peso de todas las ataduras que nos condicionan a vivir la vida, totalmente desconectados de nuestro centro.
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